IMPORTANCIA DE LAS ACTITUDES EN EL ÁMBITO ORGANIZACIONAL

 Puede considerarse a la actitud como el vínculo existente entre el conocimiento adquirido por un individuo y el sentimiento que provoca en él, con la acción que realizará en el presente y en el futuro.

 Frecuentemente en el ámbito organizacional se escucha decir a los supervisores o coordinadores de un grupo de trabajo “fulano no  tiene una buena actitud y por ello no hace bien su trabajo”, “no me gusta la actitud de María cuando le pido que realice tal tarea”, etc., y existe una imagen negativa de su personal considerándolo como poco productivo, por ello se dice que “la productividad de una empresa depende de la actitud de sus gentes”.

 La realidad es que por medio de la expresión de las actitudes de las personas se puede determinar  la forma de encarar los problemas y las circunstancias que se le presentan; es la generadora del tipo de pensamientos y del resultado de las acciones. Es cómo las personas se proyectan al futuro y cómo encaran su  actividad diaria. Es el reflejo de cómo se sienten consigo mismas y con lo que hacen. Es la postura de cómo muestran su  cuerpo y todo su ser de acuerdo a sus estados de ánimo. Por lo tanto, es importante aprender a disciplinarlas pues va a ser crucial en la imagen que ofrezcan de sí mismas y que las aptitudes se construyen sobre los cimientos de las actitudes.

 La actitud tiene de manera muy general tres componentes: cognoscitivo o intelectual, afectivo y conductual; por ello, cuando  se habla de “modificación de actitudes” es muy importante para lograr el objetivo impactar estas tres esperas.

 Los responsables de cualquier organización de la que dependan personas deben de ser muy sensibles a lo anterior, ya que un buen programa de mejora o modificación de actitudes va a ser exitoso en la medida en que la información que se maneje sea la adecuada, que impacte en las emociones y valores de las personas, a fin de que las conductas que ellos muestren sean las esperadas perdurando como parte de su código de conducta e impactando positivamente en la productividad.

Elsa María Ochoa C.

Enero de 2009